Hace poco salió un anuncio en la tele en que una chica decía
que se dedicaba a fabricar “olores de cosas nuevas”, refiriéndose a ese olor
que tienen las cosas recién les quitas el envoltorio, ese momento en que nos
quedamos mirando como tontos la cosa que acabamos de desenvolver… Como cuando
nos compramos un móvil táctil nuevo y queremos que la pegatina de la pantalla siga
el máximo tiempo posible pegada… hasta que llega el típico amigo gracioso que
pega el tirón y parece que nos han hecho la cera en las piernas.
Pues esa mezcla de sensaciones reconozco que tengo desde el
domingo. Motivos personales importantes me impidieron asistir a la Conferencia
Política como tenía previsto con mi buen amigo y compañero Salva, pero no por
ello tengo menos ilusión por el resultado de la misma.
Los que leísteis mi anterior entrada en Dicen por los mentideros de la Villa sabéis que era altamente
escéptico con lo que podía salir del Palacio de Congresos de Madrid este fin de
semana. Pero he podido comprobar que, gratamente, me equivocaba.
Estos logros no han hecho más que constatar que nacimos como
un partido de izquierda y que así debemos seguir siéndolo a pesar de los graves
errores de los últimos años. No quiero hacer un post muy largo, por tanto sólo
me gustaría destacar algunos aspectos clave:
La promesa de primarias: Sabiendo que
este proceso nos ha llevado a luchas intestinas en vez de procesos de
fructífero debate y a mediáticos ridículos, era la clave de bóveda. El proceso
de primarias a nivel federal sólo tiene el precedente del 24 de Abril de 1998,
cuando Josep Borrell ganó al entonces Secretario General Joaquín Almunia. Poco más
de un año después, las presiones del aparato del Partido hicieron que
renunciara en favor de su rival, lo que provocó la mayor derrota electoral del
PSOE antes de la de Noviembre de 2011. Fue una excusa barata que sirvió para que
los enemigos de la democracia interna como los entonces barones José Bono o
Juan Carlos Rdguez. Ibarra condenaran las primarias per sæcula sæculorum. Y con tretas como “el candidato único” nos
habíamos ido olvidando de lo que era elegir a nuestro o nuestra posible
candidato o candidata a la Presidencia del Gobierno.
Los guiñoles de Almunia y Borrell se comportan como niños ante las primarias del '98
Esta vez hemos ido más allá, vamos a seguir
el ejemplo del Parti Socialiste francés y serán los ciudadanos mayores de 16
años, además de los militantes, los que elegirán a nuestro candidato o
candidata para las próximas elecciones, y se hará tanto a nivel nacional como
autonómico como local. Para ello serán necesarios 10.000 avales de los
militantes, la mitad que hasta ahora. Hoy mismo hemos sabido que Enrique del
Olmo, militante del PSOE-PSM Centro, es el primer candidato a las elecciones
primarias para la Alcaldía de la Villa. Competirá, previsiblemente, con el
actual Concejal Portavoz del Grupo Municipal Socialista, Jaime Lissavetzky, y
con el diputado autonómico y Secretario de Economía del PSM, Antonio Miguel
Carmona.
Respecto a otros partidos de izquierda,
ésta supone, bajo mi punto de vista, la medida más importante, ya que estamos
ofreciendo a los votantes del PSOE una oportunidad que Izquierda Unida, el
partido adalid de “la verdadera izquierda”, no ofrece, ya que, aunque lo
nieguen, son un partido muy rígido.
La reforma fiscal: En el intento de enmendar los
errores fiscales de la era Zapatero, cuando bajar impuestos “era de izquierdas”,
la eliminación del IRPF para las rentas inferiores a los 16.000 € anuales o la
creación de una nueva figura impositiva que aúne el IRPF más el Impuesto sobre
el Patrimonio son, esta vez sí, auténticas propuestas socialistas para la
redistribución de la renta y el fortalecimiento de la financiación de los
servicios públicos como la Sanidad o la Educación, servicios que, además, se
blindarán constitucionalmente.
La laicidad: El PSOE no ha sido jamás un partido
confesional, es más, siempre ha abogado por el laicismo y la total separación
Iglesia-Estado. Sin embargo, por miedo a tocar uno de los aspectos más
delicados de la Transición, a la hora de tomar las riendas del Gobierno se nos
ha olvidado. Se le debió de olvidar a Felipe y también a José Luís. Pero parece
ser que esta vez vamos a tomarnos una dosis doble de DeMemory cuando pisemos La
Moncloa y se van a renegociar desde cero los Concordatos Reino de España –
Estado Vaticano y aspectos tan aparentemente simples como la desaparición del
crucifijo y la prohibición de la jura en la toma de posesión de los ministros
se va a llevar a cabo. Al fin y al cabo, ¿para qué tienen que jurar fidelidad a
Dios si ya lo hacen a la Constitución? Quizá Bono pueda explicárnoslo…
La Rep… la Rep…: Como se suele decir en España,
no es oro todo lo que reluce. En un contexto de clarísima debilidad de la
institución monárquica, las bases del Partido han clamado por el
posicionamiento en favor de la III República, pero ni con esas se ha conseguido
por parte de la dirección un compromiso para la celebración de un referéndum
monarquía vs. república en la que el PSOE se decantaría, siguiendo su ADN, por
esta última opción. No es casualidad que fuera la única resolución que levantó
abucheos y pitidos en la mañana del domingo.
De este modo el Partido ha despertado por fin el interés
(que no confianza, de momento) en la ciudadanía y, lo que es aún más
esperanzador, en sus militantes. Me incluyo en ese grupo. Ha servido también
para dar un cierto respiro a Rubalcaba de aquí a las primarias, cuya fecha
anunciará en Enero, y lavar su imagen, pasando a ser “el Secretario General que
abrió el partido a las bases”.
Pero si alguien merece un reconocimiento expreso esos son
los miles de militantes que nos hemos partido la cara por este partido y que
hemos sido quienes de verdad hemos tirado del carro para hacer que esta
Conferencia sea el principio de un nuevo PSOE que mira hacia el futuro pero sin
perder de vista sus raíces, unas raíces democráticas, tolerantes, laicas, republicanas
(aun con todo, sí),… unas raíces, como no podía ser de otra maneza, de
izquierda.