sábado, 27 de agosto de 2011

Pero, ¿en qué estamos pensando?


No hace falta ser politólogo para darse cuenta de que el PSOE, partido en el que milito, ha venido teniendo una deriva política que se aleja no sólo ya de las posturas del Partido durante los gobiernos de Felipe González, sino incluso de los planteamientos de la llamada “Tercera Vía”.

Desde que se anunció el adelanto electoral a Noviembre de este año, las expectativas de la acción del Gobierno de Rodríguez Zapatero eran limitadas dado el corto periodo de tiempo legislativo. Pero el martes, día 23, el Presidente del Gobierno anunció su pacto con el líder de la oposición, Mariano Rajoy, previo aviso a nuestro candidato Alfredo Pérez-Rubalcaba, para incluir en la Constitución Española un límite del déficit público estatal y autonómico sin consulta previa a los ciudadanos.

Pronto saltaron las alarmas y no sólo entre los sectores más a la izquierda como IU o ERC, sino en el seno del propio Partido. Voces como la del Presidente de Andalucía, José Antonio Griñán, o la del valorado por los militantes ex ministro de Admones. Públicas, Jordi Sevilla, salieron en contra de la decisión adoptada por el Ejecutivo. La medida viene a responder a la montaña rusa que ha supuesto el mes de Agosto en los mercados, donde la prima de riesgo española ha superado los 400 puntos muchos días, e imitando las medidas adoptadas por la Canciller alemana Angela Merkel.

Encadenando con esto, está muy extendida la crítica generalizada hacia el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, elegido democráticamente con observadores internacionales en los comicios, y precisamente esta semana ha salido un artículo de Naciones Unidas en que da cuenta de la reducción en un 50% de la pobreza en Venezuela gracias a los programas sociales de Chávez como las llamadas “Misiones Bolivarianas”, en que se ha alfabetizado a miles de niños en situación de extrema pobreza pero también otros aspectos como el alimentario y servicios básicos, que van desde dotar las zonas pobres de ambulatorios eficaces y otros servicios médicos asistenciales (Misión Barrio Adentro). Estas “misiones” se financian, sobre todo, a través de la expropiación y nacionalización de empresas petroleras o de extracción de oro. Pero, ¿estas medidas no son las que defendemos históricamente los socialistas?.

Muchos militantes socialistas, que tenemos puestas nuestras esperanzas de dar un giro de timón a la izquierda en Alfredo Pérez-Rubalcaba, estamos asistiendo a un espectáculo que me lleva a hacer las siguientes reflexiones:

En primer lugar, el constatar que uno de los argumentos del 15M, el que los políticos no escuchan a los ciudadanos, es una realidad. Cuando la mayoría ciudadana exige un referéndum para modificar la carta magna, los diputados, sean del partido que sean, deben ejercer su ejercicio de representar las aspiraciones ciudadanas, y si éstas son elegir el futuro, así sea.

En segundo, el no presentarse a las elecciones por el PSOE, no es un cheque en blanco a J.L. Rdguez. Zapatero, porque tiene que tener en cuenta que sus acciones serán decisivas a la hora de determinar el resultado que obtenga Rubalcaba en Noviembre.

En tercero, que nuestro Partido necesita una profunda reflexión, y eso no se soluciona con una conferencia política de varios días a dos meses de los comicios electorales, sino que, como en 2000 cuando obtuvimos esa aplastante derrota con Joaquín Almunia, necesitamos 4 años de oposición, 4 años en que recuperemos el espíritu que nos ha llevado a ser el partido que ha transformado este país en diferentes épocas, porque, como dijo nuestro fundador, “no somos socialistas para amar en silencio nuestras ideas”.