jueves, 19 de mayo de 2011

La campaña acampados



Si algo sabíamos todos es que la campaña electoral de 2011 iba a estar marcada por el creciente descontento hacia la clase política y por la crisis… pero lo que casi nadie imaginaba era que el ejemplo de la juventud griega, italiana, francesa o británica iba a calar por fin en la juventud española en un momento clave como es la última semana de campaña electoral.

El ya conocido como Movimiento 15M, ha aunado reivindicaciones de todas clases, desde la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) hasta la proclama por una vivienda digna… La precarísima situación de la juventud española, que ronda el 45% de paro, ha sido uno de los principales detonantes.

Ahora bien, teniendo en cuenta que una de las principales críticas va para los dos principales partidos, PP y PSOE, debemos reflexionar sus militantes sobre ello:

La crispante situación provocada por la crisis económica ha llevado en estos últimos tres años a que el Congreso y el Senado se conviertan en corrales en los que se espera a ver quién es el gallito más fuerte, si Gürtel o los ERE en Andalucía… El propio Presidente del Senado, Javier Rojo, cuando ha intervenido para calmar esas trifulcas, ha sentenciado “Pero ¿no se dan ustedes cuenta de la imagen que estamos dando a los ciudadanos? ¿No les da vergüenza?”.

El propio discurso durante la campaña se ha visto en la mayoría de los casos empañados de esta podredumbre de la oratoria. Mientras el tardo-franquista Jaime Mayor Oreja insiste en que existe una conspiración internacional de socialistas y terroristas de ETA, José Blanco, Ministro de Fomento y Vicesecretario General del PSOE, basa su discurso única y exclusivamente en Camps y Aguirre…

Sí, para los que dicen que soy un “incondicional del PSOE”, reconozco que mi partido no lo está haciendo bien, que ha caído en el mismo juego que el PP, y que los ciudadanos sólo se quedan con nuestras críticas hacia los populares y no con nuestras propuestas sociales como la de crear un banco regional público en la Comunidad de Madrid.

Soy el primero que se opone a que haya imputados en las listas de mi Partido, pero también soy el primero que digo que no todos son iguales. Los que me conocen bien saben que cito mucho a dos modelos que me tocan en cierto modo. Uno es el que defiendo de primera mano, el de la candidatura de Tomás Gómez para la Comunidad de Madrid, y otro el de José María Barreda en Castilla-La Mancha.

En el caso de Tomás, su perfil es el de una persona socialdemócrata convencida y practicante. Nacido en Holanda de padres trabajadores españoles, vivió y estudió en un municipio obrero como es Parla, del que fue alcalde con el 79% de los votos. Su discurso ha tenido matices de crítica al Gobierno de Esperanza Aguirre muy duras, pero el grueso de su discurso ha estado centrado en la explicación de su programa electoral, centrado en lo público y lo social para una comunidad en la que están desapareciendo a pasos agigantados.

En Castilla-La Mancha, Barreda se ha defendido de los constantes ataque es de alguien como Mª Dolores Cospedal (sí, ese “de” no figura en su DNI) con una gestión socialista de más de 30 años, en la que se han construido más colegios en los últimos 10 años que en 200 años, los libros de texto son gratuitos y la Sanidad ocupa el tercer puesto del total de España en calidad. Esto, junto a la ausencia total también de imputados en sus listas, hace que sea un referente muy importante.

De este modo, terminaré con dos reflexiones:

La primera es que el cúmulo de reivindicaciones de tan distinta índole en el Movimiento 15M es un factor negativo en el sentido de que al final corre más riesgo de diluirse (cosa que espero que no ocurra) que si fuera una línea más unificada temáticamente. Así mismo, algunas de las propuestas son incongruentes objetivamente hablando, como borrar del mapa al Senado, ya que en un estado descentralizado como el nuestro una cámara territorial es indispensable, lo que sí debería hacerse es reformarlo, pero no borrarlo; y otras como las que apoya IU, el cambio en la LOREG, algo que cuando IU tenía 20 escaños no solicitaba con tanta fuerza… además, recuerdo que en 1º de CC. Políticas hicimos un simulador de 1 ciudadano= 1voto, y partidos como IU tendrían aún menos representación, con lo que se desmontaría esta teoría…

La segunda es que estos movimientos no surgen porque sí, y los partidos mayoritarios deberíamos hacer una seria reflexión sobre cómo hemos llegado a este punto y darnos cuenta de que la política es un servicio para y por el ciudadano, que su voto no es un cheque en blanco y detrás de cada uno de esos votos hay una persona, una familia, y una esperanza por ver cumplido todo lo que prometemos.

Expuesto esto, y ejemplificando con el enfrentamiento que se daba en el bando republicano en la Guerra Civil, el de “hacer primero la revolución y así ganar la guerra” de los anarquistas y el “lo principal es ganar la guerra, luego haremos la revolución” de los socialistas y comunistas, diré que lo primero, al menos en Madrid, es frenar a la derecha, y después, haremos la “revolución”.

#notodossoniguales